domingo, 27 de febrero de 2011

ART. DE UN PORTUENSE,

EL RUNRÚN APACIBLE DE LA MAR SERENA
ARTÍCULO DE: Celestino González Herreros 
Los soberbios preludios musicales de Liszt, me llevan de sus manos geniales por atajos sorprendentes, por su singularidad y tanta fantasía inspirada de su extraordinario talento.  Mis musas oyéndoles, navegan en el aire de su cálida atmósfera musical; su virtuosa fuerza nos envuelve, y a mi alma. El éxtasis dura mientras sigo oyendo sus partituras de exquisita lírica musical.
Aunque no abandone su mensaje poético, porque le sigo escuchando, he de integrarme al real medio que me rodea: el blanco papel, eso lo primero, y estas cuatro paredes que son el rincón preferente y tranquilo de mi hogar. Lo es, hasta que me asaltan los nostálgicos fantasmas, que deben conocer mis debilidades y vienen a poseerme...
A través de la ventana observo, mirando hacia afuera, las luces de la ciudad. Había pensado que era más temprano. Ahora no voy a ver el horizonte, como tantas tardes desde aquí. Algún encendido ocaso... o a la mar serena, distendida y plateada, con luz deslumbrante proyectada desde  el cielo, cual torrente de vida. Al correr la cortina, la noche me había sorprendido entonces. Siempre me ocurre igual, cuando recurro a la música, me roba el tiempo y los sentidos. Me quedo embelesado, por los sinuosos caminos que me ofrece deliberadamente y me cuesta volver, - me olvido - a este mundo, también apasionado. No sólo buscamos aquello que nos depare satisfacciones que compensen nuestros afanes personales para que culmine todo en nuestra ansiada felicidad. Hay cosas intangibles, acá y más allá.
Veo e intuyo, la paz que reina en nuestra ciudad; siento deseos de salir  a la calle y caminar, deambular hasta que se canse mi cuerpo. Rumbo al muelle pesquero, esta vez. Allí estaría largo rato, alelado, soñando que voy con mi barquita de nácar a donde me lleven las corrientes, en silencio, hasta que el susurro de las olas me despierte...
Hace unas horas hablaba con mi hermano Enrique, acerca de la posibilidad, que fuera cierto, por intuición, que el mar atrae a las personas que hemos vivido siempre cerca de sus costas. Hagamos, pues, una somera reflexión, pensemos... Observemos a las gentes que instintivamente se va acercando a la dársena pesquera, a nuestro místico muellecito, cuando se sienten cansados, otros enfermos... Nadie escapa de su atracción misteriosa. Será así. Con mi intuición observadora he acertado a entender, que, si la mar atrae por todos sus encantos marinos, también es verdad, que cuando nos extasiamos  en ella, contemplando su estático horizonte, hallamos al final algo manifiesto, dentro de lo imaginario. Algo que intercede en la supuesta lucha espiritual del hombre, cuando ve comprometida la suerte de su salud, cuando sospecha su próximo fin... Casi todos,  gustamos acercarnos a la orilla de nuestras playas en momentos de “capa caída”... Buscamos recuperar la moral, asistiendo al concierto, a veces silencioso de sus tibias brisas, y la lejana bulla de sus olas, cual canto que nos envuelve en sus notas musicales hasta adormecernos.
El runrún apacible de la mar, aumenta mi aislamiento y me aleja de mi entorno real... Me siento como hechizado por el poder mágico de la contemplación. Veo abrirse puertas nunca antes conocidas; y traspongo umbrales distintos, cada cual más atractivo. Sobre la mar, ya idealizada, nos figuramos ver redes inmensas en su superficie, emulando pequeñas ciudades, colinas y parques... Caminos, muchos caminos sin márgenes que le impidan al errabundo caminante seguir siempre adelante en su empeño por hallarse asimismo o encontrar la luz apetecida... Jardines bordados con múltiples hilos de distintos colores, para que destaquen las luces y sombras de bellos rincones... Colores que seducen a la curiosidad de los sentidos; amalgamas y penumbras, que se difuminan... y el blanco de los muros enjalbegados del cementerio de la ciudad, desde los senderos que vienen del pueblo hasta ese rincón, donde algún día, iremos a refugiarnos... buscando sus sombras, acariciadas por la brisa marina de la cercana orilla...
El mar, espejo azul de tantas visiones, es doblemente bello cuando está enfurecido, cuando arremete con su imparable furia. Son sus ímpetus, incontrolables, y es capaz de anular toda clase de previsiones si se lo propone. No por ello se nos escapan sus encantos, su mundo submarino... Cuando está furioso corremos a su encuentro, deseamos guardar en nuestras retinas el espectáculo, ver las olas gigantescas romperse con estrépito ensordecedor, contra lo que halle ante sí, destrozándolo todo. Luego memorizar ese curiosísimo espectáculo en nuestro cerebro, para que, cuando se nos presente la ocasión traerlo de la memoria y comentar los hechos que antes nos conmovieron tanto, y con ellos revivir la época, de otrora, y que siempre son el eje fundamental del mejor de los comentarios... Recuerdo aquella vez, cuando el mar subió hasta la Plaza del Charco... los destrozos que hicieron las enormes piedras que arrastró... Entonces, cada uno de nosotros, éramos más soñadores, más jóvenes y las pasiones alimentaban nuestro espíritu, no conocíamos el miedo, éramos más livianos y podíamos correr como la  veloz gacela.
Siempre el mar. ¡Cuántos espejismos sufridos en el silencio de la tarde, mirando allá, a lo lejos, imaginándonos cosas!.. Cuántas veces hallamos el consuelo apetecido, cuando la mar nos brindaba su faz aletargada, en sus momentos de calma, e intuíamos con admirable imaginación, apariciones idealizadas de nuestros tiernos sueños... en ese mundo mistificado, donde a veces aparecen formas fantásticas, que satisfacen al tiempo que nos transportan, al origen de su filosofía onírica!
La mar me puede llevar un día, de tanto acercarme a ella. La mar nos llama cuando nos sentimos solos y, evidentemente, si nos acercamos a ella; sin darnos casi cuenta nos Vayamos en el muelle pesquero o caminando sobre la arena mojada, meditabundos... Como quien tuviera una cita concertada para ese momento, una cita que al final de todo, sólo viene a ser, una quimérica ilusión perdida... Yo he oído voces que arrancan desde sus críticas profundidades, que nunca llegué a identificarlas pero que se me antojan voces conocidas...
¿Iremos a la orilla en otra ocasión, cuando queramos recuperarnos de nuestras aflicciones o a reparar el aliento espiritual? ¿Lo dejamos? ¿O  vamos ahora?...
¿Acaso no parece real cuánto les he dicho? Sólo que la metáfora continuada que empleo confunde el cruel sentido de las palabras, las dulcifican para que no hieran deliberadamente su contenido. De todas formas, esta noche me doy un paseo por nuestro muelle pesquero, a respirar profundo y a soñar despierto, oyendo el runrún de las olas...
El compact disc se detuvo en estos instantes, y el silencio que dejó la música al callar me produce cierto malestar, y reflexionando estoy en la idea que me viene respecto a la muerte en sí. La vida será como un disco que gira y sólo se detiene cuando se acaba el último surco... ¿Al morir sentiremos esa sensación de soledad y silencio sin límites?..

VILLEROS ILUSTRES,

MERCEDES PINTO DE ARMAS

ARTÍCULO DE: Bruno Juan Álvarez Abréu

Nacida en la ciudad de La Laguna el 12 de octu­bre de 1883, es una de1as creadoras más eminentes que ha dado Canarias. Falleció el 21 de octubre de 1976 en la capital de México, lugar al que se vio obligada a huir por defender sus ideas independentistas y los derechos de la mujer. Su familia pertenecía a la clase alta isleña, y poseía una elevadísima cultura que le llegaba de varias generaciones anteriores. Su padre, hombre amable y extremada­mente cordial, fue el importante escritor Francisca María Pinto de la Rosa (1854-1885), también tinerfeño. Su madre, Ana María de Armas Clós (1862-1939), era la hija del presidente del Cabildo Insular.

Mercedes Pinto, al margen de una mujer impresionantemente valiente, fue una de las más importantes figu­ras intelectuales de toda la historia de Canarias. Fue escritora, poetisa, conferenciante y periodista de prensa escrita y radio.

En estos días el Consejo de Gobierno de Canarias la recuerda con los más importantes actos culturales, que viajarán por las siete Islas del Archipiélago, además de la reedición especial de algunos de sus libros, con­cretamente del titulado "Él", obra que sirvió de inspiración para la película de su admirador Luís Buñuel, y de la que se han impreso 18.000 ejempla­res que serán repartidos de forma gra­tuita. De "El divorcio como medida higiénica" se entregarán 2.000 uni­dades y de "Geografía sentimental" se van a regalar 5.000 ejemplares.

Está prevista la realización de toda una serie de conferencias y debates sobre la escritora tinerfeña, así como exposiciones de objetos personales y manuscritos, además de una amplia muestra .de gran parte de su obra bibliográfica, unos textos que han sido muy difíciles de recuperar, dado que se imprimieron, siendo prohibidos en España, en lugares como Méjico, Uruguay y diferentes regiones lati­noamericanas. El presupuesto eco­nómico asignado por el Gobierno de Canarias para este merecidísimo homenaje está aprobado por encima de los 220.000 euros.

Tenerife tiene con el recuerdo vivo de Mercedes Pinto la recuperación de una de sus más brillantes mujeres, que podes gracia es alguien en parte des­conocida. U olvidada por toda una actual generación universitaria de Canarias.

Uno de los aspectos más destaca­dos de su trayectoria, al margen de su desdichado matrimonio con Juan de Foronda y Cubilla, fue su lucha por desprender a las Islas de la Península, una cuestión que abordó en numero­sas conferencias durante la fundación de la Asociación Republicana Espa­ñola en Montevideo.

UN NORTEÑO,

SÁBADO de FÚTBOL
ARTÍCULO DE: Evaristo Fuentes Melián
    Vivo en el Norte de Tenerife y los que me conocen bien saben que no soy nada anticanarión, muy al contrario. Pero viendo (¡y oyendo!) por TV CANARIA, “LA NUESTRA”, el partido Granada 5-Las Palmas 2, me hice por momentos anticanarión, con  el aliciente añadido de que, si perdía la UD Las Palmas, el CD Tenerife, además de salir después de varios meses de la zona de descenso, dejaría (como así sucedió) por debajo en la tabla clasificatoria a la UD de la vecina isla.
    Ítem más: me pusieron de los nervios el locutor chillón y el comentarista que lo acompañó, ex jugador de primera división,  que por  sus constantes DEQUEISMOS y su voz socarrona y ronca, bien podría ser  el mago por antonomasia, acepción canaria de la palabra mago.
  En este partido en Los Cármenes, Granada-Las Palmas, al quedar el equipo granadino con diez jugadores por expulsión de uno, probablemente se habrán superado dos records mundiales para el Guinness, sección deportes, capitulo fútbol:
1er record mundial.- con 10 contra 11, el equipo que juega con 10  marcar  tres goles en siete minutos.
2º record mundial.- con 10 contra 11, el equipo que juega con 10 marcar cuatro goles.
Dejo a los aficionados a las estadísticas comprueben y me confirmen estos datos.
                                                                             ESPECTADOR           

N. REALEJERAS,

LOS REALEJEROS TRAPASEROS, PRIMER PREMIO DE INTERPRETACIÓN Y GALARDÓN “CRITICÓN” DE LA XIX EDICIÓN DEL CONCURSO DE MURGAS DEL NORTE

Ni pa tanto Ni pa tan poco, de Icod de los Vinos consiguió el primer puesto en presentación

La murga realejera “Los Trapaseros” fueron los grandes vencedores de la noche murguera por excelencia del Norte de Tenerife. La agrupación resultó ganadora con el primer premio de interpretación del XIX Concurso de Murgas del Norte de Tenerife en la gran final celebrada anoche en el municipio de Los Realejos. El premio de presentación recayó  en “Ni pa tanto Ni pa Tan poco”, de Icod de Los Vinos, mientras que el Criticón, fue para “Los Trapaseros” y su tema “No me toques las horas sindicales”, otorgado por los medios de comunicación presentes en las tres fases del certamen y la final.
El fallo del jurado de esta nueva edición del Concurso de Murgas del Norte Tenerife se dio a conocer a las 3.40 horas de la madrugada de hoy domingo, 27 de febrero, en el que Los Trapaseros se alzaron con el triunfo en interpretación con sus canciones: “No me toques las horas sindicales” y “Faquires”.
El segundo puesto de interpretación fue para los icodenses “Los Tiralenguas” quienes interpretaron ¿Cuántas veces la has mirado? e ¿Informados por quién?. y el tercero para “Los Irónicos” de Los Realejos.
En lo referente a los premios de presentación, “Ni Pa tanto ni Pa tan poco” fue la murga ganadora con el disfraz “En mi mochila guardo, el silbo de un gomero, el canto de un palmero, el fuego de un conejero, el queso de un majorero la tranquilidad de un herreño, y el carnaval de un tinerfeño. Ahhh, también llevo un salchichón por si me encuentro a algún canarión, diseñado por Patricia García. En segundo lugar quedó para “Los Archicuerpos”, y el tercero recayó en “Los Irónicos”, ambos de Los Realejos.  
Los trofeos distribuidos entre las diferentes murgas fueron elaborados por los alumnos del Centro Ocupacional de Discapacitados de La Guancha y fueron entregados a cada murga por los alcaldes de Los Realejos, Oswaldo Amaro Luis, e Icod de los Vinos, Diego Afonso y los concejales de los cinco municipios participantes en el concurso de murgas del Norte: Francisco Linares (La Orotava), Salvador García, Los Realejos y  Juan Carlos Marrero  Puerto de la Cruz. 
Por último, Humberto Gonar del periódico El Día se encargó de la entrega del Premio Criticón a “Los Trapaseros”.

ACTUALIDAD,

MAY SAN ALBERTO

RECIBIDO DE: Isidoro Sánchez García

La artista May San Alberto presenta su nueva propuesta artística denominada Consecuencias en la que nos propone ir a la esencia mediante la composición de los elementos como fragmentos, como secuencias de una película que nos informa del todo sin necesidad de ver al completo el metraje capturado. La utilización de líneas o fragmentos intencionadamente heterogéneos deja libre al observador para imaginarse la personalidad del personaje, recrear el ambiente o hacer conjeturas sobre lo que ha ocurrido y sus secuelas.

Las obras exhibidas son una consecuencia, de ahí el título, de tres caminos diferentes. El primero es el artístico, ya que, las obras expuestas, son una vuelta hacia el interior de los collages, aún nunca expuestos, del proyecto artístico Vidas paralelas. El segundo sendero es el de sus lecturas poéticas y, en concreto, de uno de sus libros de cabecera: Casi cien poemas de Luis García Montero, antología 1980 - 1998. El tercero es el del azar, que hizo que en su anterior exposición guardara frases propias y de otras lecturas, en sobres cerrados.

En esta exposición se muestran obras compuestas de fragmentos de imágenes y de collages, a veces acompañados de planos de color o de segmentos abstractos, y cada una de ellas escoltadas por versos que a su vez son fracciones de poemas dentro de sobres lacrados. Los sobres contienen, estrofas escondidas que dan sentido y enriquecen las creaciones. Como ya ocurrió en su exposición anterior, los versos están ocultos. Sólo los podrán conocer las personas que decidan quedarse con una pieza de la exposición para que, una vez abran el sobre y lean el verso, decidan si quieren enseñarlo a otras personas o quedárselos para sí en una especie de territorio compartido sólo por ellos mismos, la obra, el poeta y la artista.

Para más información contactar con:
May San Alberto Giraldos
658 394 987

CONSECUENCIAS

Sala de exposición Fleming 4, c/ Dr. Fleming, 4 - PUERTO DE LA CRUZ (Punta Brava), Del 11 de Febrero al 4 de Marzo de 2011. Horario: de lunes a viernes de 19 a 21 horas. Sábados, domingos y festivos de 11 a 13 horas

VILLEROS ILUSTRES,

LOS INDIANOS

ARTÍCULO DE: Bruno Juan Álvarez Abréu

Festividad que se celebra el lunes de carnaval, en Santa Cruz de La Palma. La comitiva parte desde la Avenida de Los Indianos hasta la Plaza de la Alameda, a ritmo de sones cubanos, en medio de una batalla campal de polvos de talco. El único requisito es ir vestido de impoluto blanco de los pies a la cabeza.
Los indianos (el término proviene de "los que emigraron a Las Indias", tierras americanas) son aquellos emigrantes retornados de Cuba, que a su llegada hacían alarde y ostentación de la riqueza obtenida en aquellas tierras.

HISTORIA
Esta tradición se inició en el siglo XIX a partir de los festejos que se celebran con la llegada al puerto de los barcos desde Cuba y Latinoamérica. Se llamaban INDIANOS a los isleños que habían emigrado y volvían a la isla presumiendo de riquezas e historias de prosperidad.
La batalla de los polvos de talco, según la creencia popular tiene su origen durante el siglo XIX, cuando un barco deja en puerto un cargamento de harina en mal estado, convirtiéndose en elemento de diversión del carnaval que en esas fechas se celebraba. Esta creencia fue desechada pues se han hallado documentos del siglo XVII que hablan de "empolvarse" el Lunes de Carnaval. Se cree que es una costumbre heredada de los rituales ñáñigos cubanos de blanquearse la piel.

Desde comienzos del siglo XX esta tradición fue reprimida por las autoridades, puesto que según ordenanzas de la época "alteraban en demasía el orden publico". A partir de la segunda mitad del siglo comenzó a recuperarse con fuerza esta tradición, sustituyendo la harina original por talco.

En los años sesenta del siglo XX, un grupo de amigos, entre ellos Alfredo Pérez Díaz, los hermanos Yolanda, Gonzalo y Manuel Cabrera Santos y Estela Sánchez Cabrera, esposa de este último, todos ellos grandes enamorados del carnaval y la parranda, decidieron parodiar al emigrante que vuelve de hacer Las Américas. El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma agradeció su contribución al carnaval con un sencillo homenaje celebrado en 2003.

Ambos ingredientes (los polvos de talco y la parodia del Indiano arrogante y elegantemente vestido, preferiblemente de blanco riguroso) se unieron de forma espontánea y genuina en la década de los 80, dando lugar a la fiesta tal y como se celebra hoy en día.

Debido a la polémica que trae la celebración por parte del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canarias de un acto denominado "Los Indianos de Triana" (o Pasacalle de Carnaval Tradicional en la Calle Mayor de Triana), el lunes 23 de febrero de 2009, el pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, se reúne en asamblea con carácter extraordinario, en la que todos sus concejales, ataviados con la característica indumentaria blanca que define la jornada de Los Indianos, procedieron a la lectura de una declaración institucional en la que se ha defendido la "indisoluble vinculación de la fiesta de Los Indianos con Santa Cruz de La Palma": "...con objeto de asegurar la protección del Desembarco de los Indianos en el futuro, este Ayuntamiento acuerda promover su declaración como Fiesta de Interés Turístico Regional, Fiesta de Interés Turístico Nacional y Fiesta de Interés Turístico Internacional"; "reuniendo la mencionada cita festiva no pocos valores históricos y etnográficos identitarios del carácter palmero, se acuerda solicitar también la declaración de Los Indianos Bien de Interés Cultural, fortaleciendo así su entidad en el ámbito del patrimonio y la cultura"

La declaración institucional señala igualmente que el Desembarco de los Indianos sintetiza una de las parcelas más relevantes de la historia cultural de Santa Cruz de La Palma, y que esta fiesta nace de los estrechos vínculos culturales y afectivos que unen la Isla de La Palma con Cuba debido especialmente a los fenómenos migratorios que han tenido lugar en ambos sentidos durante siglos.

TRADICIONES Y VESTIMENTA
La vestimenta tradicional para esta festividad consiste en guayabera y pantalones blancos o traje de lino, además de sombrero panameño. Las mujeres pueden vestirse con trajes de época igualmente blancos y sombrilla de encajes, sin faltar por supuesto las alhajas. Un complemento que también suelen llevar los indianos e indianas, son las maletas (también de época, preferiblemente de cuero) que se suponen repletas de dinero y riquezas.

La fiesta comienza desde las primeras horas del día en que ya se pueden ver por la calle personas vestidas de indianos. Oficialmente arranca a las 12:00 de la mañana en el atrio del Ayuntamiento de la ciudad, en un acto conocido como La Espera donde se hace un recibimiento a todos los indianos con música cubana y degustaciones de caña de azucar, melaza y mojito. Como se puede observar la fiesta tiene un fuerte componente cubano, esto es así porque fue uno de los principales focos de emigración de muchos palmeros, por lo que las dos islas quedaron fuertemente vinculadas.

A media tarde comienza el desfile de indianos desde la ya mencionada Avenida de los Indianos, junto al puerto, hasta la Plaza de La Alameda, donde la fiesta se alargará hasta altas horas de la madrugada. Los indianos portan consigo maletas, baúles, jaulas con animales tropicales y algunos hasta una comitiva de sirvientes de raza negra. Un elemento fundamental también es el puro. Todo esto, claro está, tomado desde el punto de vista que representa esta parodia del indiano rico que regresa a su tierra natal.

La fiesta no está localizada sólo entre estos dos puntos, todo el casco histórico es tomado literalmente por multitudes de indianos que dejan las calles cubiertas del blanco de los polvos de talco. Para hacerse una idea de la magnitud que este festejo repercute en la capital de la isla sólo basta decir que la población de la ciudad pasa de los aproximadamente 20.000 habitantes hasta 50.000 ese día.

ANTECEDENTES
La antigüedad de la celebración de las viejas Carnestolendas en Santa Cruz de La Palma se remonta a los primeros años de colonización castellana, una vez se estabilizó el calendario religioso. Varios días antes del Miércoles de Ceniza —momento en que da comienzo el periodo de Cuaresma, con sus votos de abstinencia y penitencia—, el Carnaval invadía las calles de la ciudad. Entre las referencias más antiguas se halla el acta de Cabildo de 6 de febrero de 1556. Puesto que se acercaban «las Carrestollendas», los regidores insisten en la necesidad de matar las reses y vender la carne cuanto antes, dada la prohibición eclesiástica que pesaba sobre el consumo de carne durante la Cuaresma, inmediata a la fiesta carnavalesca.

GRUPO DE INDIANOS
No deja de ser curiosa la coincidencia de los actos propios de la Bajada de la Virgen de las Nieves —cuando ésta se celebraba en torno al 2 de febrero, fiesta de la Purificación de la Virgen— con el Carnaval. En la edición de 1765, la misma noche de la llegada de la imagen mariana a la iglesia de El Salvador, partió

del principio de la Ciudad, una tropa de hombres vestidos de mugeres, con mantos y sayas los más viejos que se hallaron, con fuzil al ombro y con ruecas por espadas. Yva esta gentes marchando, desfilados por su orden, pero tan sin orden todo, que iva todo al revés, pues el Capitán marchaba en la retaguardia y el Sargento en la vanguardia; el cagero fuera de su lugar, y por fin todo a la contra de cómo se debía corresponder.

Han sido también muy frecuentes a lo largo de la historia las parrandas de encapuchados y encaretados. En más de una ocasión, estos enmascarados pudieron vengar algún agravio o desdén causado por algún vecino bajo la protección del disfraz y la careta. En tales casos, no siempre los burlados soportaron estoicamente al anónimo burlador. Conscientes de la amenaza que estos «encuentros» suponían para el orden cívico, las autoridades locales dictaron ordenanzas que trataban de regular el comportamiento de unos y otros durante unas noches abiertas a ciertas licencias. El artículo sexto de un bando de buen gobierno de 1874 redactado para estas fiestas prohíbe:
[el] derecho a arrancar el disfraz a ninguna máscara, aunque hubiese ésta incurrido en alguna falta o causa de disgusto. Corresponde únicamente a la autoridad local mandar quitar la careta a la persona que haya causado la ofensa o el desorden de que se acusa.

EL DESEMBARCO DE LOS INDIANOS
En la actualidad, el Carnaval en la ciudad comienza el viernes anterior al Miércoles de Ceniza, prolongándose hasta la noche del sábado y madrugada del domingo siguiente —Domingo de Piñata—, con un programa variado en el que no faltan una apertura con desfile infantil, las tradicionales verbenas en la calle, los bailes nocturnos en las sociedades de recreo —Real Nuevo Club Náutico y Casino-La Investigadora—, concurso de disfraces o entierro de la Sardina.

Pero qué duda cabe de que la fama y originalidad del Carnaval de Santa Cruz de La Palma ha sobrepasado las fronteras insulares gracias a las celebraciones que tienen lugar durante el Lunes de Carnaval. Por un día, la ciudad entera revive la llegada de los indianos , nombre con el que se conocía en Canarias desde del Setecientos a los isleños emigrados a América que retornaban a las islas. En la obra anónima La Gran Nivaria triunfante (La Laguna, 2ª mitad del siglo XVIII), leemos:

Había vn Christo mui antiguo
en la parroquia del Hierro
y vn yndiano hizo a su costa
fabricar vn Christo nuevo.

CALLE LLENA DE INDIANOS
La importancia de la emigración palmera a la isla de Cuba dio como resultado esta fiesta, que retrata el arribo al puerto palmero de los emigrantes que hicieron las Américas en la isla caribeña. El significado de la fiesta ha sido expuesto con claridad por la investigadora local Loló Fernández Felipe. Con ella se quiere conmemorar el «desembarco de los cubanos» que desde el siglo pasado se venía manifestando como una suerte de rito social en el muelle durante el carnaval. En este desfile, tan del gusto barroco decadente, se ironizaba, ridiculizándola por exageración caricaturesca, la figura del nuevo rico, el indiano de éxito que, sin instrucción ni abolengo, encuentra su Potosí en una América que tarde o temprano lo devuelve a sus orígenes.

Durante la jornada, todo en la ciudad recuerda este retorno humano que aportó no pocos elementos americanos a la cultura insular:

Indumentaria, en la que destaca como complemento del vestuario masculino el sombrero panameño y las sombrillas de encaje en el femenino. En cuanto al color, parece indiscutible el predominio del blanco y los tonos crema.

Agricultura, artesanía, industria y comercio se entrelazan para siempre en la isla a partir del cultivo, elaboración, venta y consumo del tabaco. Una historia que comienza con la llegada de las primeras semillas de la planta y que hoy en día constituye uno de los elementos que más y mejor definen la tradición artesana de la isla.

Como no hay fiesta sin música, no podían estar ausentes en la herencia cubana en La Palma los ritmos y letras del quehacer musical caribeño: el son —melodía de origen afrocubano difundida a principios del siglo XX por el Trío Matamoros—, la guajira —canción campesina de exaltación a la naturaleza—, la guaracha —con temas humorísticos y de crítica social—, el bolero son —que aborda historias de corte romántico—, el guaguancó —vinculado a la santería y religiosidad de los africanos en Cuba— o la conga —tan frecuente en el cierre de los espectáculos musicales y parrandas de cantadores—. Y junto a las melodías y bailes, los instrumentos de la música tradicional cubana: la marímbula (bajo de origen africubano), el tres cubano (guitarra con tres cuerdas dobles) o la percusión, en la que caben la tumbadora, el bongó, el chéquere, la clave o las maracas; el corazón musical lo integran conjuntamente la guitarra y la flauta.
A todo ello hay que añadir un importante patrimonio léxico con el que los palmeros aprenden a nombrar nuevas realidades o a renombrar otras ya conocidas. Del arahuaco —lengua indígena extendida por las Grandes Antillas y el sur americano— son algunas palabras vinculadas al mundo de la agricultura y los vegetales como guataca ‘azada corta para cavar la tierra', guayaba, que en Canarias ha dado guayabo ‘fruto del guayabero' o manigua ‘terreno improductivo'; están presentes en las islas ya en el siglo xviii maní ‘cacahuete' y tuno ‘higo chumbo'. Otra voz plenamente integrada en el habla insular es el cubanismo guagua ‘autobús', que empieza a datarse en los años 20 del siglo XX.

MULATOS BAILANDO EN EL ATRIO DEL AYUNTAMIENTO
El Lunes de Carnaval amanece de blanco en Santa Cruz de La Palma, feliz metáfora que sintetiza el poder de la risa, el devaneo migratorio y el solar mismo de la memoria histórica. Funcionarios, comerciantes, directores de banca, empresarios y ciudadanos de a pie cuidan hasta el más mínimo detalle de su vestuario, trasladando a este extremo atlántico la vieja Habana. El itinerario festivo comienza a media mañana con La Espera, una concentración de indianos en el atrio de las Casas Consistoriales. Mezcladas con el sabor de la sangría que reparte la Concejalía de Fiestas del Ayuntamiento, se dan cita varias parrandas de cantadores que reviven por un día las más variadas melodías procedentes de la América hispánica, con mayor protagonismo de los ritmos cubanos. A media tarde, un interminable desfile de indianos simula su retorno de América, portando los elementos más característicos de su paso por las Indias Occidentales: baúles, jaulas con loros, cajas de puros habanos, maletas, velillos (los más modestos) y los más acaudalados una corte de esclavos criollos de raza negra. Las comitivas parten del Servicio Náutico (en la avenida de Los Indianos), entran en la calle O'Daly y continúan por Pérez de Brito hasta llegar a la plaza de La Alameda, en la que un gran festival de música tradicional cubana, conocido como Verbena del Desembarco, ameniza la noche hasta bien entrada la madrugada del Martes de Carnaval.

LA NEGRA TOMASA
Fue durante la Exposición Universal de Sevilla (Expo' 92), cuando sale a la luz por primera vez junto a la agrupación musical Cuarto Son (Santa Cruz de La Palma, 1995) la negra Tomasa. El personaje, ideado por el palmero Víctor Lorenzo Díaz Molina (Santa Cruz de La Palma, 1940), apodado Sosó, es recibido desde entonces hacia a las 12 del mediodía en el atrio del Ayuntamiento con el acompañamiento de los ritmos antillanos.

LOS POLVOS DE TALCO
La fiesta de los Indianos no se comprende hoy sin el ingrediente de los polvos de talco que unos a otros esparcen a diestro y siniestro. No es nueva en el Carnaval de la ciudad la costumbre de arrojar a las mascaritas (‘persona con disfraz que llega cubierto el rostro') distintas sustancias a su paso, como agua desde los balcones y ventanas de las casas o huevos llenos de polvos de talco y confeti.

HUEVOS DE TALCO Y CONFETI
Para su elaboración, se hace una pequeña incisión en un extremo oval, de manera que se viertan para su consumo la yema y la clara. Durante una o dos semanas se deja secar el interior. Se rellena de polvos de talco —en su defecto, de harina— y confeti. El agujero se tapa con papel de celofán empapado en poliada o pegamento. Por último se decora a base de dibujos en cera, acrílico o témpera.