domingo, 13 de marzo de 2011

ACTUALIDAD,

GASPAR LLAMAZARES INSTA A HACER FRENTE AL “PROCESO DE MERCANTILIZACIÓN” QUE VIVE LA SANIDAD
El presidente de la Comisión de Sanidad del Congreso y portavoz parlamentario de IU presentó en la Cámara Baja la obra que ha coordinado junto al secretario de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), Marciano Sánchez Bayle; la presidenta de Dempeus, Ángels Martínez Castells, y Juan Ramón Laporte, catedrático de Farmacia de la Autónoma.
 El presidente de la Comisión de Sanidad, Política Social y Consumo del Congreso y portavoz parlamentario de IU, Gaspar Llamazares, presentó en la Cámara Baja el libro ‘La izquierda frente a la privatización de la Sanidad’ que ha coordinado y del que es coautor. Explicó que se trata de una obra que denuncia el “proceso de mercantilización” que vive la Sanidad española y ofrece fórmulas para frenar los recortes y hacer que el Sistema Nacional de Salud (SNS) deje de ser “una perita en dulce” para el sector privado.
 Llamazares estuvo acompañado en su presentación por el secretario de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), Marciano Sánchez Bayle; la presidenta de Dempeus, Ángels Martínez Castells, y Juan Ramón Laporte, catedrático de Farmacia de la Autónoma y miembro del consejo asesor de farmacia del Hospital Valle de Hebrón.
 El diputado de IU consideró que es prioritario abordar la reorientación del sistema sanitario y transformar el actual modelo asistencial “medicamentalizado” en un sistema basado en la atención primaria y en los condicionantes de salud con el fin de garantizar su sostenibilidad y eficiencia.
 Gaspar Llamazares entiende que el libro es “un texto muy oportuno” ante las “amenazas” que se ciernen sobre el modelo derivadas “de la crisis y la utilización de esta situación contra el Estado del bienestar y la Sanidad pública”.
 Explicó que hasta ahora el sistema ha demostrado ser eficaz y ha sido uno de los que mejores resultados ha obtenido a nivel internacional, pero se ha llegado a “esa mercantilización del modelo y a un crecimiento de la privatización de la Sanidad en la última década, que lo está haciendo peligrar”.
 Una privatización que se está dando, en primer lugar, dentro de la propia Sanidad pública -advirtió-, con transferencias a la atención privada mediante, por ejemplo, los conciertos. Prueba de ello es que en los últimos 10 años sólo ha crecido el sistema privado frente al PIB y, dentro del sistema público, los servicios transferidos al privado. De hecho, Llamazares señaló que “los ciudadanos destinan ya el 8 por ciento de su salario a comprar sanidad” y los pacientes están ahora a caballo entre ser “clientes y consumidores” dentro del SNS.
 También desde su visión como médico, Llamazares mostró su convencimiento de que existen márgenes para que la Sanidad pública sea mucho más eficaz, para lo que es necesario “organizar mucho mejor la política farmacéutica y tecnológica, con el fin de superar esos parámetros tan brutales de ineficiencia”.
El libro presentado adopta una postura firme en contra de la alternativa privatizadora que se plantea desde diversos ámbitos y pone sobre la mesa propuestas para la perdurabilidad del sistema, como el incremento de la financiación para abordar los cambios necesarios, o eliminar la duplicidad de modelos (Muface).
 A su juicio, con los recientes recortes aplicados a los sueldos de los profesionales sanitarios, fruto “de la salida autoritaria de la crisis que pretende el Gobierno”, el SNS ha pasado de la “placidez” que daba ser referente mundial en eficacia, coste-efectividad y opinión de los ciudadanos, a “un estado de shock”.
 “Este libro quiere ser un llamamiento al debate, quiere que los ciudadanos y los profesionales de la Sanidad no se resignen o se frustren frente a la privatización del sistema y la mercantilización que quieren hacer, sino que pasen a la acción”, afirmó.
 Gaspar Llamazares consideró que hay “margen para enfrentar los retos que debe encarar el SNS”, como sus problemas de coordinación entre comunidades autónomas, que requieren un cambio de modelo y una planificación compartida.

N. ICOD DE LOS VINOS,

MÁS DE 2.000 VIUDAS LLORARON ANOCHE EL ENTIERRO DE LA SARDINA

La Ciudad del Drago despide el carnaval el martes con la Sardina de la Integración

Icod de los Vinos celebró anoche el entierro de la sardina, una tradicional cita en la que miles de viudos y viudas despidieron el carnaval con la llegada de la Cuaresma.

Desde la Centinela, atravesando las calles San Agustín y San Sebastián, la comitiva fúnebre realizó su recorrido de costumbre, hasta llegar a la Plaza de América, donde luego tuvo lugar el baile de viudos.

Las carnestolendas icodenses llegan así a su fin, a falta tan sólo de un último acto, la sardina de la integración, organizada por el Centro de Educación Especial Inés Fuentes de Icod de los Vinos, y en la que participarán diversos centros para personas con discapacidad de toda la comarca. El evento será este martes 15 a partir de las 10'30 horas, desde El Calvario hasta la Plaza de América.

VILLEROS ILUSTRES,

ANNIE GIRARDOT

IN MEMÓRIAM

ARTÍCULO DE: Bruno Juan Álvarez Abréu

Casi a la vez que Amparo Muñoz, moría en Francia con 79 años una gran actriz: Annie Girardot, una mujer que deslumbró al mundo en ‘Rocco y sus hermanos’ de Luchino Visconti, donde encarnaba a Nadia y compartía papel con un apuesto Alain Delon.
Annie Girardot había nacido en París el 25 de octubre de 1931, de una relación adúltera, el padre nunca la reconoció, y murió cuando ella tenía dos años, la madre era comadrona. Estudió para enfermera, pero el gusanillo de la interpretación prendió en ella, e ingresó en el Conservatorio de la rue Blanche, de modo que en 1954 se sumaba a la compañía de teatro de la Comedia Francesa. Jean Cocteau quedó impresionado al verla en escena, y dijo que "era el temperamento dramático más hermoso de la posguerra".

Cuando sabe que padece alzheimer, Girardot no se arredra. Publica libros de recuerdos, mientras la memoria aguanta, e incluso hace un film en que ella interpreta a una enferma con ese mal -Je préfère q'on reste amis-, y más tarde se presta a un documental sobre ella como paciente de alzheimer, quiere concienciar al mundo sobre la enfermedad.

Ha trabajado con Mario Monicelli, con Claude Lelouch, Marcel Carné, Luigi Comencini o, entre otros muchos, con André Cayatte, que la hizo protagonista de uno de los grandes éxitos de principios de los años 70 en ‘Morir de amor’. En 1994 encarnó ‘Los miserables’, película que le dio una segunda vida. Tuvo también sus períodos oscuros, de desaparición y de rumores (se dijo que había estado prisionera de las drogas, en particular de la cocaína), y se recuperó su figura en los últimos años con mucha fuerza, como pudo verse en ‘La profesora de piano’ (2001), junto a Juliette Binoche, en la película de Haneke, y en 2005 en ‘Caché’, también de Haneke, con Daniel Auteil y la citada Binoche. En los últimos tiempos, contrajo la enfermedad de Alzheimer y fue objeto de un documental sobre esa misteriosa y devastadora dolencia. Es una de las grandes actrices franceses de posguerra, un mujer de inmenso carácter, exigente en los rodajes, con personalidad, y también fue uno de los rostros, maduros, fundamentales de fines del siglo XX y principios del siglo XXI. De la estirpe, con todos los matices debidos, de María Casares, Simone Signoret o Jeanne Moreau, por citar algunos nombres imprescindibles. Uno de sus compañeros dijo que sus grandes pasiones fueron tres: las drogas, el dinero, y el amor y el sexo.

En el año 1979, realizó una gran y amena película EL GRAN ATASCO con Fernado Rey, Marcello Mastroianni, Ugo Tognazzi, Gérard Depardieu, Ángela Molina, MIou – Miou y Alberto Sordí. Dirigida por el italiano Luigi Comencini, trata de una comedia surrealista escenificada en una autopista, nada más empezar el verano, los italianos se lanzan a recorrer sus magníficas autopistas, de las que se sienten tan orgullosos, que son capaces de soportar la consecuencia lógica del más refinado asfalto: el atasco. En la autovía que lleva de Roma a Nápoles, cientos y cientos de vehículos han quedado atrapados y sus ocupantes se van a ver obligados a convivir durante horas y horas.

ART. DE UN PORTUENSE,

ETERNAMENTE FELICES

ARTÍCULO DE:  Celestino González Herreros
La enorme capacidad del ser humano, que nos permite volver al pasado de nuestra vida sentimental, hace que el mensaje traiga consigo todos los elementos aquellos que nos motivaron sin perder ellos la calidez o crudeza del momento. Somos capaces de sufrir con la misma intensidad, cualquier desengaño, o el haber vivido cualquier tragedia o desventura, al despertar esos recuerdos… La evocación nos permite detener el tiempo y recorrer el camino antes andado, como si al comienzo del mismo nos esperaran los acontecimientos que ayer nos movieron. Aún se mantienen vivas las lozanas flores que juntos sembramos a cada lado de esa ruta idealizada, como las gardenias del amor… Aún el perfume de las mismas consigue embriagarme hasta tenerle a mi lado radiante de felicidad, ofreciéndome sus manos que pronto alcanzo para abrazarle de nuevo.
 Cualquier edad nos permite soñar, sólo necesitamos la complicidad del silencio o la misma soledad que nos aparte de la realidad, sin llegar a despreciarla, mientras nos quede camino por recorrer.
 Los claros de Luna, también son cómplices de esas emotivas fantasías y embelesos, cuando su luz asoma y cae sobre los transparentes senderos del fantástico trecho a seguir y borran las sombras de las mágicas noches de la dulce evocación, donde volvemos hallarles, siempre esplendorosas y frágiles como las rosas del huerto de aquellas ilusiones.
 Poder imaginarnos con todo sigilo, los pasos del ser amado pisando el amplio cobertizo y oír que sus tímidas pisadas se nos acercan, inquietan el ritmo del corazón; y oír la voz, más lejos o más cerca, musitando palabras de amor, llamándonos con la cadencia acostumbrada; y oír la risa que llena todo el espacio hogareño, nos llena el alma de consuelo, pese a la nostálgica verdad, como en los sueños… Despertamos sonrientes, aunque quede el corazón oprimido. Pero hemos sido felices y volveremos a serlo cuantas veces se nos antoje o sintamos necesidad de ello. Los ratos amargos son menos afortunados, acabamos desechándolos sin que hayamos probado la hiel de sus encuentros en el marco onírico de tan deseadas apariciones.
 La felicidad hay que buscarla, de la forma que sea, unos evocando los recuerdos, otros en un nuevo amor, los que más olvidando el pasado; y algunos, esperando que todo acabe, con la ilusión del más allá. La gran promesa del Creador. Pero ello requiere sacrificios que no debemos obviar. Esperar sí, pero preparados para el Encuentro Divino, sin la menor preocupación, estando en bien con nosotros mismos y con nuestros semejantes, como preludio de la eterna felicidad. Hallándonos nuevamente entre tantos seres queridos que se nos han ido… ¡Eternamente felices!
Pienso que ese será nuestro verdadero destino, lo que presiento sin riesgo a equivocarme.